La compra de inmuebles en construcción —conocida en Brasil como “al pozo”— es una de las modalidades más elegidas por los inversores extranjeros.
Este modelo ofrece ventajas financieras y patrimoniales que lo convierten en una estrategia atractiva para quienes buscan rentabilidad y valorización a mediano plazo.
1. ¿Qué significa invertir al pozo?
Comprar “al pozo” significa adquirir una unidad antes o durante el inicio de la obra, directamente con la constructora.
En esta etapa, el precio de lanzamiento suele ser inferior al valor que tendrá el inmueble una vez finalizado.
La operación se formaliza mediante un contrato de compra y venta, y al final de la obra se otorga la escritura definitiva registrada en cartorio.
2. Ticket de entrada más accesible
Una de las principales ventajas es que el valor inicial de entrada suele ser más bajo que en una compra de inmueble ya listo.
El saldo restante se divide en cuotas durante el período de obra, lo que permite al inversor distribuir el capital en el tiempo y acceder a proyectos de mayor valor sin un desembolso inmediato completo.
3. Valorización entre lanzamiento y entrega
En mercados dinámicos como Florianópolis, la valorización en el período de obra tiende a ser significativa.
La diferencia entre el precio de lanzamiento y el valor al momento de la entrega refleja el crecimiento del mercado y la consolidación de zonas en expansión.
De este modo, el inversor obtiene un activo más valioso que su inversión inicial.
4. Flexibilidad de pago
Las cuotas durante la obra suelen ajustarse por el CUB-SC (Custo Unitário Básico de Santa Catarina), un índice oficial que refleja los costos reales de construcción.
Esto brinda previsibilidad y transparencia, evitando variaciones arbitrarias.
Además, muchas constructoras permiten acuerdos flexibles, refuerzos programados o negociaciones personalizadas en los plazos y condiciones de pago.
5. Posibilidad de revender antes de la entrega
Otra ventaja es la opción de revender la unidad mientras la obra aún está en ejecución.
El comprador puede transferir el contrato a un tercero, obteniendo la ganancia de la valorización sin necesidad de esperar la finalización del proyecto.
Esta práctica es legal y habitual, siempre que se cumplan las condiciones establecidas en el contrato.
6. Riesgos a considerar
Como toda inversión, la compra al pozo exige análisis y precaución.
Es fundamental:
– Verificar que la obra esté registrada correctamente en cartorio con su memorial de incorporación.
– Confirmar la reputación y solidez de la constructora.
– Leer con atención las cláusulas sobre plazos, reajustes y condiciones de entrega.
Estas medidas reducen los riesgos y fortalecen la seguridad jurídica de la operación.
7. Conclusión
Invertir al pozo en Brasil combina accesibilidad, valorización comprobada y flexibilidad de pago.
Para el inversor extranjero, representa una forma segura y estratégica de ingresar al mercado inmobiliario brasileño con planificación, respaldo legal y previsibilidad.
Invertir desde el inicio de la obra permite acceder a unidades exclusivas, precios más competitivos y un proceso transparente.